Carla Ardizzone: Hay que amar, ¡AYUDAR!, a los italovenezolanos desamparados
Apreciados amigos invisibles de la Fundación Italia Cívica 1 (IC1),
Me resulta muy placentero dirigirme a todos ustedes, connacionales ítalo venezolanos, en la oportunidad de poder compartir algunas anécdotas que nos ocurren a quiénes voluntariamente hemos decidido emprender, como un apostolado, estas actividades benéficas y de activismo ciudadano, impulsadas por un gran espíritu de altruismo y solidaridad hacia nuestros hermanos.
En Facebook, administro un grupo cuyo nombre es: “AMIGOS DE LA FUNDACIÓN ITALIA CIVICA 1” y, por ese medio, me conocen como CARLA ARDIZZONE.
Ya, desde algunos años me vengo dedicando a esta misma actividad pero ahora, en unión de otros dos amigos, por Ustedes, ampliamente conocidos, el Ing. Giuseppe Gino quien es el Presidente de la misma y, la Doctora Daniela Di Loreto, quien es la VicePresidenta. Decidimos unir nuestros esfuerzos y trabajar bajo lineamientos de legalidad teniendo el respaldo de una figura jurídica que nos permite, de manera organizada, abarcar la posibilidad de ayudar, a una colectividad, conformada por nuestros queridos connacionales.
Hasta los momentos, sólo el Presidente de IC1 había tenido alguna anécdota que contar en su perfil personal de facebook pero ahora, yo también quisiera compartir con ustedes algo que me tocó vivir con algunos paisanos.
Pues bien, me encontraba haciendo una diligencia personal, en un lugar muy concurrido por connacionales. Durante la espera, para ser atendida, se entabló una conversación con algunos de ellos sobre tópicos de interés común. Me referían estos abuelos que, pese a sentirse muy agradecidos con el Gobierno Italiano, con las Autoridades de nuestro Consulado y con los administradores de la Missione Cattolica Italiana, en la Florida, cerca de la Iglesia de Nuestra Señora de Pompei, sin embargo necesitaban encontrar a alguien que pudiera ayudarles a redactar un escrito, para dirigirlo al Consulado, en referencia con algunas solicitudes, para lo cual, ya habían recolectado varias firmas de entre ellos. Me invitaron a que me uniera a sus requerimientos a lo cual consideré oportuno invitarle a que solicitaran ingresar al Grupo de Facebook, antes mencionado. A los fines de que plantearan sus problemas, por ese medio. Les dije que yo, lo administraba, y se me ocurrió mencionar mi nombre. Pues, más vale que no. En el lugar había más personas y cuando escucharon mi nombre se levantaron y vinieron a mi encuentro diciendo que ya venían pensando que me parecía a alguien que ellos habían visto en algún lugar que no precisaban. Abrazos, besos, pleitesías, muestras de gran afecto y un grito como esperanzador puesto que todos, dijeron que me andaban buscando y que Dios me había enviado en aquel lugar. Increíble. Me conocían por referencias, al igual que a Giuseppe Gino y Daniela Di Loreto y les habían referido sobre nuestra labor. Pues que más. Aprovecharon el poco tiempo que quedaba para compartir y me pidieron muy encarecidamente que les ayudara a escribir esa carta que ellos desean hacerles llegar a nuestras autoridades consulares a fin de hacer algunas solicitudes. Me comprometí con ellos, a ayudarles e igualmente, les prometí que les acompañaría en el comedor de la Missione Cattolica Italiana, a un almuerzo en donde, fijaremos además, fecha, para reunirnos en el Parque La Estancia (Caracas) en donde tengo el agrado invitar a todos, para acercarnos y, efectuar una reunión que servirá para conocer más detalles y solicitudes que haremos llegar a nuestras Autoridades todas, según sus competencias y atribuciones.
NOTA: De regreso a casa, de inmediato informé al Presidente de IC1, y ya se procedió a redactar el documento requerido por los abuelos. Solo falta reunirse con ellos, leerles la carta y, de estar conformes, anexar las firmas para proceder a su entrega por ante las autoridades competentes a fin de darle curso según lo tengan a bien. Obviamente, el trabajo de IC1 no concluye con redactar y enviar sino que se le hace seguimiento con monitoreo permanente.
Cosas como éstas lo llenan a uno de satisfacción al ver que, con un simple trabajo de redacción y canalización de un determinado asunto, a tanta gente, le pueda generar felicidad y tranquilidad al sentirse protegido y asistido.
Estas cosas, lo comprometen a uno moralmente, por lo cual, con mucho esfuerzo y sacrificio, considero que no puedo abandonar a quienes necesitan que se les tienda una mano amiga.
Concluyo pues, esta hermosa anécdota transcribiendo dos estrofas del Himno de la Fundación Italia Civica 1 y que dicen así:………………….
Quien suscribe,
Me despido, con mucho afecto,
Abogada Carla Ardizzone
La Sra Ardizzone es la Tesorera de la Fundación Italia Civica 1 y es quien tiene el placer de agradecer a todos los amigos que han hecho donativos.
PARA DONAR A IC1, PRESIONE AQUÍ. Con tu granito de arena, podemos funcionar y ayudar a más amigos necesitados.
TAMBIÉN CONTAMOS CON UNA CUENTA EN EL BANCO MERCANTIL, OTRA EN EL BANCO DE VENEZUELA Y HASTA PayPal, PARA RECIBIR REMESAS DEL EXTERIOR.
P.D.: Para Italia, todo esto de "estar pidiendo ayudas" es algo inédito, incluso muchos funcionarios y personeros del gobierno italiano se molestan cuando se manifiestan las peticiones pero el desastre humanitario que se vive en Venezuela amerita la atención de la Madre Patria. Hay que seguir el ejemplo de España, país que ya ha expresado: “No vamos a dejar abandonados a esos emigrantes españoles con circunstancias de necesidad (en Vzla); ayudaron en su día a muchas personas (en España) y ahora corresponde (a España) que les ayuden”. Italia debe entender igual la situación y reaccionar.
Me resulta muy placentero dirigirme a todos ustedes, connacionales ítalo venezolanos, en la oportunidad de poder compartir algunas anécdotas que nos ocurren a quiénes voluntariamente hemos decidido emprender, como un apostolado, estas actividades benéficas y de activismo ciudadano, impulsadas por un gran espíritu de altruismo y solidaridad hacia nuestros hermanos.
En Facebook, administro un grupo cuyo nombre es: “AMIGOS DE LA FUNDACIÓN ITALIA CIVICA 1” y, por ese medio, me conocen como CARLA ARDIZZONE.
Ya, desde algunos años me vengo dedicando a esta misma actividad pero ahora, en unión de otros dos amigos, por Ustedes, ampliamente conocidos, el Ing. Giuseppe Gino quien es el Presidente de la misma y, la Doctora Daniela Di Loreto, quien es la VicePresidenta. Decidimos unir nuestros esfuerzos y trabajar bajo lineamientos de legalidad teniendo el respaldo de una figura jurídica que nos permite, de manera organizada, abarcar la posibilidad de ayudar, a una colectividad, conformada por nuestros queridos connacionales.
Hasta los momentos, sólo el Presidente de IC1 había tenido alguna anécdota que contar en su perfil personal de facebook pero ahora, yo también quisiera compartir con ustedes algo que me tocó vivir con algunos paisanos.
Pues bien, me encontraba haciendo una diligencia personal, en un lugar muy concurrido por connacionales. Durante la espera, para ser atendida, se entabló una conversación con algunos de ellos sobre tópicos de interés común. Me referían estos abuelos que, pese a sentirse muy agradecidos con el Gobierno Italiano, con las Autoridades de nuestro Consulado y con los administradores de la Missione Cattolica Italiana, en la Florida, cerca de la Iglesia de Nuestra Señora de Pompei, sin embargo necesitaban encontrar a alguien que pudiera ayudarles a redactar un escrito, para dirigirlo al Consulado, en referencia con algunas solicitudes, para lo cual, ya habían recolectado varias firmas de entre ellos. Me invitaron a que me uniera a sus requerimientos a lo cual consideré oportuno invitarle a que solicitaran ingresar al Grupo de Facebook, antes mencionado. A los fines de que plantearan sus problemas, por ese medio. Les dije que yo, lo administraba, y se me ocurrió mencionar mi nombre. Pues, más vale que no. En el lugar había más personas y cuando escucharon mi nombre se levantaron y vinieron a mi encuentro diciendo que ya venían pensando que me parecía a alguien que ellos habían visto en algún lugar que no precisaban. Abrazos, besos, pleitesías, muestras de gran afecto y un grito como esperanzador puesto que todos, dijeron que me andaban buscando y que Dios me había enviado en aquel lugar. Increíble. Me conocían por referencias, al igual que a Giuseppe Gino y Daniela Di Loreto y les habían referido sobre nuestra labor. Pues que más. Aprovecharon el poco tiempo que quedaba para compartir y me pidieron muy encarecidamente que les ayudara a escribir esa carta que ellos desean hacerles llegar a nuestras autoridades consulares a fin de hacer algunas solicitudes. Me comprometí con ellos, a ayudarles e igualmente, les prometí que les acompañaría en el comedor de la Missione Cattolica Italiana, a un almuerzo en donde, fijaremos además, fecha, para reunirnos en el Parque La Estancia (Caracas) en donde tengo el agrado invitar a todos, para acercarnos y, efectuar una reunión que servirá para conocer más detalles y solicitudes que haremos llegar a nuestras Autoridades todas, según sus competencias y atribuciones.
NOTA: De regreso a casa, de inmediato informé al Presidente de IC1, y ya se procedió a redactar el documento requerido por los abuelos. Solo falta reunirse con ellos, leerles la carta y, de estar conformes, anexar las firmas para proceder a su entrega por ante las autoridades competentes a fin de darle curso según lo tengan a bien. Obviamente, el trabajo de IC1 no concluye con redactar y enviar sino que se le hace seguimiento con monitoreo permanente.
Cosas como éstas lo llenan a uno de satisfacción al ver que, con un simple trabajo de redacción y canalización de un determinado asunto, a tanta gente, le pueda generar felicidad y tranquilidad al sentirse protegido y asistido.
Estas cosas, lo comprometen a uno moralmente, por lo cual, con mucho esfuerzo y sacrificio, considero que no puedo abandonar a quienes necesitan que se les tienda una mano amiga.
Concluyo pues, esta hermosa anécdota transcribiendo dos estrofas del Himno de la Fundación Italia Civica 1 y que dicen así:………………….
“UNITI IN FRATELLANZA,
NEL CIELO SI ACCENDERÀ,
LA LUCE DELLA SPERANZA,
ITALIA CIVICA 1, CI GUIDERÀ"...
"PRENDIAMOCI PER MANO,
STRINGIAMOLE FORTE FORTE,
DOBBIAM CAMBIAR LA SORTE,
ITALIA CI AIUTERÀ"...
“UNITI IN FRATELLANZA"
ES EL LEMA DE IC1.
Quien suscribe,
Me despido, con mucho afecto,
Abogada Carla Ardizzone
La Sra Ardizzone es la Tesorera de la Fundación Italia Civica 1 y es quien tiene el placer de agradecer a todos los amigos que han hecho donativos.
PARA DONAR A IC1, PRESIONE AQUÍ. Con tu granito de arena, podemos funcionar y ayudar a más amigos necesitados.
TAMBIÉN CONTAMOS CON UNA CUENTA EN EL BANCO MERCANTIL, OTRA EN EL BANCO DE VENEZUELA Y HASTA PayPal, PARA RECIBIR REMESAS DEL EXTERIOR.
P.D.: Para Italia, todo esto de "estar pidiendo ayudas" es algo inédito, incluso muchos funcionarios y personeros del gobierno italiano se molestan cuando se manifiestan las peticiones pero el desastre humanitario que se vive en Venezuela amerita la atención de la Madre Patria. Hay que seguir el ejemplo de España, país que ya ha expresado: “No vamos a dejar abandonados a esos emigrantes españoles con circunstancias de necesidad (en Vzla); ayudaron en su día a muchas personas (en España) y ahora corresponde (a España) que les ayuden”. Italia debe entender igual la situación y reaccionar.